Mark Zuckerberg ha usado el poderío de Meta para darle un inicio acelerado a su nueva red social. Pero eso podría ser útil solo hasta cierto punto.
Una gran empresa tecnológica con miles de millones de usuarios presenta una nueva red social. Aprovechando la popularidad y la escala de sus productos, la empresa pretende que la nueva plataforma social sea un éxito. Al hacerlo, también planea aplastar la aplicación de un competidor líder.
Si esto te suena a la nueva aplicación de Instagram, Threads, y su ofensiva contra su rival Twitter, te equivocas. Corría el año 2011 y Google acababa de lanzar una red social llamada Google+, cuya aspiración era “terminar con Facebook”. Google promocionó el nuevo sitio con muchos usuarios que dependían de su motor de búsqueda y otros productos, expandiendo Google+ a más de 90 millones de usuarios en el primer año.
Pero en 2018, Google+ quedó relegado a las cenizas de la historia. A pesar de la enorme audiencia del gigante de las búsquedas en internet, su red social no logró imponerse, pues la gente seguía usando masivamente Facebook, y más tarde Instagram y otras aplicaciones de redes sociales.
En la historia de Silicon Valley, las grandes empresas tecnológicas se han convertido a menudo en empresas tecnológicas aún más grandes utilizando su magnitud como una ventaja incorporada. Pero, como lo demuestra Google+, la envergadura no garantiza una victoria en el mercado voluble y complejo de las redes sociales.
Este es el reto al que se enfrenta ahora Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, propietaria de Instagram y Facebook, en su intento por desbancar a Twitter y convertir a Threads en la principal aplicación para sostener conversaciones públicas en tiempo real. Si la historia de la tecnología sirve de guía, el tamaño y la escala son puntos de apoyo sólidos, pero en última instancia solo pueden llegar hasta cierto punto.
Lo que viene después es mucho más difícil. Zuckerberg necesita que la gente sea capaz de encontrar amigos y personas influyentes en Threads de la manera casual y a veces extraña en que Twitter lo logró. Tiene que asegurarse de que Threads no se llene de spam ni estafadores. Necesita que la gente sea paciente con las actualizaciones de la aplicación que se están preparando.
En resumen, necesita que Threads les parezca a los usuarios tan atractiva como para volver a ella, una y otra vez.
“Si lanzas una aplicación efectista o algo que aún no tiene todas las funciones, puede ser contraproducente y quizá mucha gente se vaya por donde llegó”, dijo Eric Seufert, analista independiente de telefonía móvil que sigue de cerca las aplicaciones de Meta.
De momento, Threads parece un éxito inmediato. Pocas horas después de la presentación de la aplicación el 5 de julio, Zuckerberg dijo que 10 millones de personas se habían registrado en Threads. El lunes, ya eran 100 millones. Fue la primera aplicación en conseguirlo en ese periodo de tiempo, superando al chatbot ChatGPT, que reunió 100 millones de usuarios a los dos meses de su lanzamiento, según la empresa de análisis Similarweb.
Seufert calificó las cifras que Threads había acumulado como “objetivamente impresionantes y sin precedentes”.
Elon Musk, propietario de Twitter, parece inquieto por el impulso de Threads. Con 100 millones de personas, Threads se acerca rápidamente a algunas de las últimas cifras públicas de usuarios de Twitter, que reveló que tenía 237,8 millones de usuarios diarios en julio de 2022, cuatro meses antes de que Musk comprara la empresa y la convirtiera en privada.
Musk ha tomado cartas en el asunto. El mismo día de la presentación oficial de Threads, Twitter amenazó con demandar a Meta por la nueva aplicación. El domingo, Musk llamó “cornudo” a Zuckerberg en Twitter. Luego retó a Zuckerberg a un concurso para medir una parte específica del cuerpo y comparar cuál era más grande, junto a un emoticono de una regla. Zuckerberg no ha respondido.
(Antes de que se anunciara Threads, Musk retó por separado a Zuckerberg a una “pelea en jaula”).
Lo que a Musk le falta en Twitter, a Zuckerberg le sobra en Meta: enormes audiencias. Más de 3000 millones de usuarios visitan regularmente el catálogo de aplicaciones de Zuckerberg, incluyendo Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger.
Zuckerberg tiene mucha experiencia en hacer que millones de usuarios de esas aplicaciones utilicen otras. En 2014, por ejemplo, eliminó el servicio de mensajería privada de Facebook de la aplicación de la red social y obligó a la gente a descargar otra aplicación, llamada Messenger, para seguir utilizando el servicio.
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