Expertos mundiales advierten que la partipación igualitaria en la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas “es una necesidad económica” clave para el futuro del planeta.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) estableció el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, y en este fin de semana diversas entidades y especialistas se han manifestado para advertir que la participación igualitaria y el liderazgo de mujeres y niñas en las disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) ahora es más importante que nunca.
La consultora McKinsey & Company afirmó este sábado que “abordar la infrarrepresentación existente no sólo podría impulsar el crecimiento tecnológico y la innovación, sino que también es una necesidad económica”.
Y señaló que en Europa, por ejemplo, si las empresas duplicaran la proporción de mujeres en la mano de obra tecnológica hasta aproximadamente el 45%, es decir, unos 3,9 millones de mujeres más de aquí a 2027, el PIB podría recibir un impulso de entre 260.000 y 600.000 millones de euros.
Según un reciente Informe de la UNESCO sobre las disciplinas STEM, las mujeres son apenas el 33% en el mundo de las I+D (investigación y desarrollo).
De acuerdo con datos recabados en Europa para el informe presentado por L’Oreal-UNESCO en 2022, pero que valen como un pantallazo general, el 72% de las niñas encuestadas en ese continente cree que es importante tener trabajos que ayuden directamente al mundo, pero apenas el 37% piensa que hacer carreras STEM hacen al mundo mejor y menos del 2% de las niñas tenía planes de convertirse ingenieras o informáticas, en comparación con aproximadamente el 16% de las niñas que tenían la intención de convertirse en médicas.
Un informe del Instituto de Estadística de la UNESCO de 2018 y análisis BCG (matriz crecimiento-participación) de 2014 para la Fondation L’Oréal señala que existe una brecha persistente entre hombres y mujeres graduadas en el nivel de doctorado. Mientras durante las carreras universitarias las mujeres aparecían en igualdad de condiciones, entre los graduados de licenciaturas y las maestrías componían un mayor porcentaje. Pero la brecha persiste en el nivel de doctorado.
Las cifras mencionadas son las siguientes: A nivel título de bachillerato o equivalentes se detectó un 53% de mujeres y 47% de hombres. En la maestría o equivalentes las mujeres eran el 55% contra 45% de hombres. La curva se cruza en el título de doctorado que mostró que había 56% de varones contra 44% de mujeres y se incrementó un paso más, al llegar a la carrera de investigador en la que eran 67% los hombres contra un 33% de mujeres. Y así fue avanzando la diferencia ya que entre las posiciones académicas de jerarquía había un 86% de hombres contra solo un 14% de mujeres. Finalmente, la brecha se torna un abismo a la hora de evaluar los premios científicos, ya que si se tiene en cuenta el que es considerado el máximo galardón, el Premio Nobel, en toda su historia apenas hubo un 4% de mujeres contra el 96% de hombres.
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